Nuevo centro busca eliminar barreras en la salud mental de los latinos

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El Centro latino/hispano para la excelencia académica en la práctica del Trabajo Social ATRÉVETE, planea sumar hasta 55 proveedores bilingües en todo Rhode Island para 2027

Durante muchos años, ha sido un desafío para los miembros de la comunidad latina en Rhode Island encontrar un proveedor de salud mental bilingüe, y la pandemia parece haber empeorado la situación.

De hecho, la fuerza laboral de atención de salud conductual de Rhode Island, que es principalmente blanca y angloparlante, no refleja la diversidad racial y cultural de los residentes del estado; por lo cual se debe hacer lo necesario para cerrar esta brecha, según un informe de la Asociación de Salud Mental de Rhode Island del 2021.

ATRÉVETE, ubicado dentro de la Escuela de Trabajo Social de Rhode Island College, fue creado recientemente con ese propósito. 

Jayashree Nimmagadda, profesora e investigadora y directora general de proyectos de la escuela de trabajo social de RIC indica que se han dado cuenta de lo difícil que es encontrar un médico que hable español en Rhode Island, y que aquellos que son bilingües tienen largas listas de espera. 

Y agrega, “este proyecto es una oportunidad para crear habilidades que permitan brindar servicios culturalmente receptivos a una comunidad en crecimiento, además de satisfacer sus necesidades de salud mental”. 

El proyecto es parte de una subvención por cuatro años que hizo realidad el centro gracias a la Administración de Servicios y Recursos de Salud de EE.UU., con el cual adquirió 650.000 dólares para el primer año con la posibilidad de renovación por otros tres años, para un total de 2,6 millones de dólares.

La misión del centro es multifacética y planea lograr cinco objetivos principales:

•    Crear un puente directo para estudiantes latinos desde las escuelas secundarias e instituciones de educación superior comunitarias hasta el programa de licenciatura en trabajo social y finalmente de maestría en la misma área (con especialización en trabajo social clínico).

•    Reclutar y retener a los profesores latinos de la Escuela de Trabajo Social.

•    Construir asociaciones comunitarias para brindar aprendizaje experiencial a los estudiantes de Trabajo Social Clínico.

•    Fortalecer el plan de estudios para abordar temas relacionados con los hispanos y otras poblaciones minoritarias.

•    Realizar investigaciones culturalmente adaptadas y basadas en evidencia sobre intervenciones de los problemas de salud mental que impactan a la comunidad latina e hispana.

Si bien Nimmagadda supervisará todas las operaciones del centro, las docentes de Trabajo Social de RIC, Vilna Tejeda y Joise Garzón, se encargarán de codirigir. Aswood Bousseau, otra docente, desempeñará el papel de asesora de desarrollo docente y Estrellita Moronta ha sido nombrada como primera miembro honoraria del cuerpo de docentes para el centro.

“Esta subvención nos permitirá ser agentes de cambio”, dice Garzón. “Pues los proveedores de servicios de la comunidad no coinciden con la población a la que atienden. El centro nos permitirá ayudar a aumentar la diversidad en este campo, para que las personas latinas puedan comunicarse en su propio idioma al requerir esos servicios”.

Nimmagadda y Garzón también se vincularán con consejeros vocacionales en las escuelas intermedias y secundarias locales para dar a conocer a los estudiantes latinos sobre las posibilidades profesionales en el campo del trabajo social.

“Por lo general, cuando los estudiantes consideran que su pasión es ayudar a otras personas, es posible que no consideren el trabajo social como una opción”, dice Nimmagadda. “Planeamos ser más intencionales a la hora de generar conciencia para que los estudiantes de Providence, Pawtucket y Central Falls puedan verse a sí mismos construyendo una carrera como trabajadores sociales profesionales”.

Cuenta Garzón que no conoció el trabajo social cuando era estudiante de secundaria en Central Falls, y que llegó a contemplar una carrera en psicología. Y está convencida que a medida que se aventuren en las escuelas, los estudiantes latinos tomarán conciencia del trabajo social como una carrera profesional; además que podrán desarrollarán capital social al tener contacto con los docentes de la Escuela de Trabajo Social de quienes pueden recibir apoyo durante su trayectoria educativa.

Y agrega, “yo no tenía esos recursos en la escuela superior, así que la subvención también contiene esa porción de equidad que incluye nuestro trabajo”.

Por su parte, Tejeda expresa que la equidad y la inclusión ocuparán un lugar central en los esfuerzos por renovar el plan de estudios de la Escuela de Trabajo Social y realizar investigaciones basadas en evidencia culturalmente sensible.

“Existe una brecha en la investigación realizada por y directamente para la comunidad Latinx”, dice Tejeda. “Muchas de las personas que publican quieren ver en la práctica enfoques eurocéntricos estándar. Nuestro objetivo es cambiar esa mirada e incorporar prácticas indígenas y afrocéntricas, pues creemos que existen tratamientos alternativos que pueden servir a nuestra comunidad de manera más efectiva”.

Bousseau agrega que el trabajo del centro se alinea perfectamente con el estatus de Institución al Servicio de los Hispanos (HSI por sus siglas en inglés) que posee la universidad, una designación federal que reconoce a las instituciones cuando el 25 por ciento o más del cuerpo estudiantil de tiempo completo se identifican como hispanos. 

“Esta es una excelente manera de resaltar nuestro estatus de HSI”, dice Bousseau, cuya función dentro del centro es ayudar a los profesores latinos a trabajar en sus becas, además de crear un plan de estudios para el centro. “No seremos una HSI solo de nombre, brindaremos el apoyo que tanto necesitan los estudiantes y profesores latinos”.

Tejeda explica que a través del centro se capacitarán a grupos de estudiantes para que adopten un sentido de humildad cultural. Pues esperan que esto conduzca a terminar con diagnósticos innecesarios y exceso de medicación en nuestras comunidades.

Nimmagadda dice que las asociaciones que el centro ha realizado con agencias comunitarias como la Rhode Island Free Clinic (Clínica Gratuita de Rhode Island) y la Clínica Esperanza también serán vitales. Y afirma: “Hemos firmado acuerdos con estas agencias para que nuestros estudiantes se conviertan en pasantes y reciban supervisión clínica por parte de un magister de trabajo social que sea bilingüe y pueda ser un modelo a seguir para ellos”.

Los estudiantes aprenderán sobre disparidades de salud específicas y aquellos determinantes sociales de salud que impactan a las comunidades hispanas.

Como miembro de la facultad, Moronta impartirá cuatro cursos, incluido uno la próxima primavera que estará dirigido específicamente a la salud mental de los latinos. Además, colaborará en iniciativas de investigación. Después de completar su doctorado en la Universidad Simmons de Boston a finales de este año, espera unirse a la facultad de RIC a tiempo completo.

“Este centro será muy importante para el estado y lo que veo en su creación es empoderamiento, inclusión y la creación de un espacio para las poblaciones latinas”, dice. “Lo cual demuestra que Rhode Island es progresista y está dispuesta a avanzar junto con el crecimiento latino de los Estados Unidos. Es de esperar que la iniciativa pueda ayudar a disminuir la poca confianza que las comunidades latinas tienen respecto a los proveedores médicos, lo que ha resultado en altas tasas de una deteriorada salud física y mental”.

Tejeda está de acuerdo, y afirma que, al capacitar a los médicos, se mantendrán a la vanguardia y abordarán de manera proactiva un problema antes de que se convierta en una epidemia.